miércoles, 1 de junio de 2011

Ocupación de un Banco Santander

Esto sucedió en Murcia, en el precalentamiento para la ya mítica manifestación del 15 de marzo. Se olía algo grande en el ambiente:

 

¿Por qué no recuperar este tipo de ideas y aplicarlas en la CAM, entrando en una sucursal o al menos en la puerta, para informar de su situación, su relación con el dinero público y sus malas prácticas?

Cuatro consideraciones sobre la Acampada y el movimiento

Yo he participado en el movimiento asistiendo a la plaza y sus asambleas y participando en las reuniones de la comisión de 'política y economía'. Digo esto porque es importante para expresar cómo se ve lo que ocurre en la plaza desde fuera, sin haber entrado al espacio cubierto por lonas debajo del parasol de madera, donde da la impresión que es donde se cuece el asunto.
[ ... ] se percibe un descontento creciente con los derroteros que la protesta está tomando. Se percibe sobre todo un descontento con el hecho de que el movimiento gire en torno a la acampada y por lo tanto los portavoces o miembros visibles del movimiento sean aquellas personas que acampan y que el mandato de organizar la acampada parta, por lo tanto, simplemente de estar allí acampado. En un principio, he de confesar que no comprendía bien vuestras críticas, pero después de la asamblea del domingo he empezado a comprenderlas un poco mejor.

Sin embargo, hay algunas cosas que querría decir:

1- Nada está perdido.
Incluso si la acampada aguanta un tiempo indeterminado y acaba por desmoronarse. El motor de esta protesta no ha sido la acampada sino el malestar provocado por la crisis y la sensación de desconfianza hacia la política antipopular y corrupta de partidos mayoritarios. Todo eso sigue estando vigente y quizá siga afectando a la población incluso con mayor virulencia. Mientras el capitalismo y su crisis continúe, la protesta o por lo menos el descontento estará condenado a existir.

2- Esto es el principio. Todo lo que ha ocurrido, incluso la asamblea del domingo, puede verse simplemente como la falta de experiencia del movimiento y de experiencia organizativa. Puede ser que esté basado en confusiones más que en intenciones de control. P.ej. una de las confusiones puede radicar en pensar que el eje del movimiento está en el esfuerzo de los que han acampado y que el que está acampado es libre de acampar o no dependiendo de su propia decisión. El esfuerzo de vivir en una acampada es tan importante como el del que trae una caja de naranjas, o el del trabajador del parking que permite que se use el aseo, o el de la persona con responsabilidades familiares que se escapa unas horas a hacer acto de presencia en una protesta o en una asamblea. La fuerza de este movimiento no ha recaido hasta ahora en las personas que han acampado sino en el número de personas que se han sumado a las movilizaciones (manifestación del 15m, acampadas, asambleas generales y últimamente asambleas de barrios en algunas ciudades como Madrid). Esto explica por qué los números cambian tanto durante el día y durante la noche y por qué las asambleas de barrio en Madrid son tan nutridas. La explicación es simple, hay mucha gente que quiere participar y no puede acampar y sin embargo su participación es tan importante como cualquier otra.
Por esto, cuando la acampada forma parte de un movimiento social mucho más amplio, con amplio apoyo social, y en el que la acampamada es simplemente una actividad más entre otras, la decisión de continuar con la acampada no debe radicar en los y las que se quedan a vivir en la acampada sino que tiene que estar consensuada con el resto del movimiento, para respetarlo, para no romperlo, para mantenerlo unido y para que forme parte de una estrategia colectiva de cambio y para que este en sintonía con la demanda de una democracia más real y más participativa. Unos pueden acampar otros pueden elaborar una ponencia, otros pueden solicitar un permiso, otros pueden traer agua, otros pueden ponerse en contacto con Atenas, con Islandia, con Villanueva de la Serena (provincia de Cáceres) o realizar cualquier otra tarea. Todas las tareas son importantes. Y sobre todo, si la decisión de seguir con la acampada se pone a consideración de una asamblea general, bien nutrida, con amplia participación de la población alicantina, la decisión de la asamblea ha de ser soberana. Y esa es la oportunidad de demostrar al movimiento que su decisión es respetada y de consolidar moralmente un movimiento tan joven como este. Quizá el domingo se perdió esta oportunidad y sería conveniente buscar la manera de restituir a la asamblea de su soberanía.

3- Es necesario seguir participando. El verdadero trabajo de construcción de un movimiento que canalice el descontento puede comenzar cuando acaben las acampadas. En mi opinión hay tres tareas a realizar:
(a) organización, (b) estrategia, (c) principios. La primera se refiere a la necesidad de conseguir una forma organizativa que sea participativa, flexible y eficaz, que aglutine a amplios sectores de la población, que siempre tenga el eje en el movimiento y no en los que en un momento determinado estén llevando a cabo una actividad (acampada, pegar carteles, etc…). La siguiente consiste en una serie de actividades y un calendario para llevarlas a cabo y de esta manera mantener activo el movimiento, y la tercera consiste en establecer sólidamente una serie de críticas y reivindicaciones de manera coordinada con lo que se esté proponiendo y debatiendo en el resto del Estado. Todo esto acompañado de una serie de talleres, charlas y debates que doten de instrumentos de denuncia, argumentación y defensa a los miembros del movimiento frente a los abusos de políticos, bancos, grandes empresas, etc...
Aunque la consolidación de este movimiento como agente en la política española y la opinión pública es una carera de fondo, todo lo referente a la estrategia debería tener como mínimo la perspectiva de un año, hasta las próximas elecciones generales. A lo largo de todo este año la incidencia y el éxito puede ser mucho mayor, aunque solo sea la construcción de una cultura ciudadana de atención a los asuntos políticos y económicos que tanto nos afectan a todos, y de defensa frente a los abusos.

4- El eje geopolítico del movimiento está en Madrid y Alicante es simplemente un satélite. De allí están partiendo las propuestas de acción y es posible que también partan las ponencias que orienten ideológicamente el movimiento. Alicante podrá participar en tanto que esté en contacto con Madrid y el resto de ciudades donde estén ocurriendo cosas.


Jose Maria